miércoles, 27 de octubre de 2010

"Aquí se acaba" (lo que me dieron las letras y las trastadas)

            ESCRITO PARA SENTENCIA


Por la presente, el juzgado libre y sin número, de lo gramatical y textualizadamente imperfecto; pasa a determinar las resoluciones que ha deliberado acerca de este vagabundeo caligráfico con tintes de marcado sobre papel:
       De acuerdo con las letras aquí presentes, y por expreso deseo del autor (disimulada ausencia); éstas podrán disfrutar del legítimo derecho a trastear mutuamente las veces que quieran; mirándose de reojo si les viene en gana. Siempre y cuando, sigan haciendo nudos con el cordón umbilical que ocuparon en el vientre de sus respectivas letrastadas.
      Deberán a su vez, corresponder con gratitud a ciertos pestañeos de párrafos metafóricos, así como a otros guiños alegóricos, con los cuales se han codeado en una adaptación imaginaria de lo irreal. Dicho ejercicio no debe ser de un esfuerzo sobre deletreado, sino tomarlo cual muestra de humildad, servida en bandeja de cartón (declararon prescindir de lujos).
      No quedan exentas de alejarse a los arrebatos de tendones desbocados, ni a los dedos transmisores de esos impulsos tecleados. Necesitan del descanso de un reflejo inquieto, a sabiendas que todavía se miran en los espejos del pensamiento con el rabillo del ojo.
      Ocho pasos estacionales son demasiados. Nos consta en todo caso, que han rotado con una periódica aparición muy irregular en el subsuelo de la abstracción... los pestañeos lunares y las ojeras vespertinas no serán utilizadas de agravante, entraban en la ecuación trasnochadora, pese a no declararlo a nadie a la mañana siguiente ("sarna con gusto...").
     Al igual, queda archivada en el recuerdo cada transacción de caracteres de no más de una hora de tope. Lo mismo con el par de fugaces y tacañas lecturas de repaso. Lo que se perdió de corrección escrita, se le robó a la naturalidad despistada, con el dedo índice marcando a ciegas sobre la desnudez expuesta de cada "publicar texto".
     Por lo tanto, el veredicto es un reparto de culpas entre letras, trastadas,y autor. Haciendo a su vez complice de tal trasteo a "El Letrastero", por albergar en su interior desordenado las veinte y pocas "letrastadas" perpetradas. Eso sí, dicho cuarto permanecerá abierto y con la luz encendida para todo parpadeo suspendido que lo visite.
    El silencio voluntario es muy frío, pero más helador resulta el coma inducido del punto y final...  mejor no ensañarse en la condena por encubrimiento. Puesto que gracias a las retinas que pasearon con sus lecturas por esas cuatro paredes, se incentivó a la imaginación para que llenase de trastos, y a modo de textos, dicho cuchitril.

                  Juan (Barcelona, Otoño del 2.010)
* N.d.A. (Nota del autor): Sobró un contador de visitas... las que fueron y serán, no se cuantifican en cantidades, sino en innumerables agradecimientos hacia tal gesto. Y sobre esto, soy consciente que pierdo la cuenta al dar las gracias (contar hasta el infinito es mejor, GRACIAS mayúsculas).

domingo, 3 de octubre de 2010

" LA CANCIÓN"

Hizo un parón y se percató de aquel sobre abandonado en la enorme piedra desde la cual observaba la calma del mar. Lo guardó en su mochila. Al cabo de un rato, optó por sentarse en su descuidado banco de madera preferido. Abrió lo encontrado,  y de su interior extrajo una partitura.
Se trataba de una canción, pero no una cualquiera. Era inédita para todo el mundo... compleja y sencilla; alegre y triste; rabiosa y tierna.
Consideró el hecho de que tanto las causas como las cosas perdidas pertenecen a los que se topan con ellas, ya sea de forma buscada o fortuita. Pensó que lo más justo tenía que ser elegir los elementos de la banda que iban a darle cuerpo, y en el estilo particular de éstos, hacerla tambien suya.

Las primeras señales iban a ser llevadas a cabo por la empatía crónica y la locuacidad desbocada, pues están permanentemente abonadas a lo que llegue. Sin leer apenas el remite anónimo de los fragmentados ritmos de la pieza... así la desmenucen, la mastiquen, y les acaricie las paredes del estómago hasta saciarlas en su digestión.
Consciente era de que tenían hambre de pentagrama musical... le habían rumoreado que venían de las cenizas disueltas en agua cristalina, y que tocaban en un conjunto de moribundas baladas, de esas que se inmolan con amores agónicos.
Con tal bagaje no se pone jamás en duda que van sobradas para llevar en volandas a todo impulso vital, o subido a los hombros, según se tercie; con el añadido de repartir generosamente su química hipnótica. A todo esto se le unía su amortiguante y mullida membrana estructural; encofrado ardiente de inflamable conversación, con la consabida llama interlabial siempre adherida de introspección, tutelada por un apéndice solapado de bondad.
Una vez cubiertas esas dos vacantes, se le ocurrió que el punto exacto de instrumentalización era cosa de el sentido común. Consciente de que ha mamado de las bocas de riego más técnicas y depuradas, no había otra opción mejor. Se despertaba postrado en el lecho de la naturalidad día sí... día tambien. Asimilando el no volver a tocar con su virtuosa improvisación; asumiendo a regañadientes su presente destete musical... (Al asomarle los molares se le tachó de no apto).
Tal vez le ha llegado la hora de probarse entre imperfectas e instintivas interpretaciones preñadas de crudeza interior. Sin renunciar a esos lastres de exquisitez clásica que le marcan ciertas reminiscencias de anteayer.
Las tareas vocales iban a correr a cargo de la verdad y la mentira. Espoleadas por sus diferenciados registros. Conocedoras de que del sanatorio de la sinceridad, al tanatorio de la falsedad, sólo un par de letras marcan la distancia... y por supuesto que tampoco se miran de reojo entre ellas, aunque rocen sus costados al formar alfabéticamente ante el tan exigente orden gramatical.
La voz aguda se funde con la grave. De la energía en otra escala, a el pasaje recitado que llega a enmudecer en cualquier punto y aparte. Subrayan a duo su particular entonación, y se escudan con los sentimientos protegidos entre paréntesis. Protegidas en un tono menor que apenas se sostiene en la escala. Y así rasean incansables sus cuerdas vocales por el desigual contorno de este relieve de estrofas musicadas.

Arriesgadamente y jugándoselo todo a una carta, se grabó a bocajarro  y del tirón, en una sola toma.
Con los cinco interactuando a la vez sobre la vorágine de aquella partitura... ahora tendida a lo largo y ancho de la superficie imaginativa.
Que cada persona incruste si quiere sus melodias entre los surcos cicatrizados y circulares de su vinilo favorito.

martes, 21 de septiembre de 2010

" SOBRE NATURA "

La cortina de luz anaranjada envuelve y cubre celosamente las recortadas sombras. Un halo de belleza sostiene el ramaje balanceante sobre los bordes. Los terrenos por los que me adentro ofrecen y ocultan a la vez el encanto místico en el que gobiernan las siluetas de las cumbres.
Me siento un animal amaestrado entre tanta bichería libre, y por suerte me hacen sentir que sigo ofreciendo resistencia a ser domesticado, aún gracias.
El concepto de protagonismo lo he delegado a mis pies; alternándose a cada paso los turnos de sus huellas con los parpadeos de la vista, capturando en su interior los destellos pigmentados de verdosos matices.
Robo la toma de corriente, y me transmite la energía necesaria para dar sucesivas zancadas... positivo con negativo, y de resultado un calambrazo, es el punto de resistencia al que hay que llegar.


El aliento de aire me embiste bravamente en las costillas. La camiseta acaba de recibir la rozadura de la caricia soplada que le seca la primera capa sudorosa. Incremento la intensidad del ritmo, y las gotas porosas vuelven a resbalar a paso de caracol nervioso por el torso. Me detengo a observar, y apoyado en la pared del puente analizo la riqueza salvaje, y otro tanto con lo auténtico que me rodea. Oigo los ecos de los castaños, y siento el tacto frío de la piedra musgosa sobredimensionada sobre la palma de la mano. Me concedo el privilegio de engullir cucharadas de oxígeno limpio, con su pureza refrescante esparcida por mis vias respiratorias y sus estaciones toráficas.

Puede que sea un extraño de llaves perdidas en tal paraje; un invasor de flora y fauna que carece de escritura que le haga acreedor de tal posesión... pero tambien podría ser por unas horas el "Hucklelberry Finn" en el que quisimos convertirnos despues de alguna sesión de tarde. Pero en este preciso instante,  dejo al barro hacer su función; que bañe y cubra pastosamente todo lo normal, incluyendo a ese brillante mundo de materialismo, tan falsamente pulcro y aparente, y sigo la ruta... ahora ya señalizada.
Entre prisas desorientadas y tropiezos vuelvo a aparecer por la senda cementada del mal llamado progreso, acompañado de su artificial denominación de origen... "Bienvenido al mundo real"  reza un letrero resplandeciente.  

martes, 1 de junio de 2010

" ESCRÍBETE DESPACIO, QUE TENGO PRISA "

    " Escríbete despacio, que tengo prisa " 

Por un hachazo a ojos cerrados, ahora le falta una porción de caracter... o tal vez por la anémica personalidad de ideas, que ya sea por tanto dar vueltas en un bucle sin variables reflexivas, que se le queda clavada en la primera condición sin dar paso libre a otra opción, con el objetivo de que el programa no sea de utilidad, excepto para las resoluciones que disfrutan perdiéndose en ese laberíntico rotar.
Marcadas con la maestría del vertice de la lengua. Sobre la parte acarbonada que deja mancha en cualquier lámina de cara limpia y pálida. Calcadas y en sintonia ensayada con las expresiones gestuales libres y naturales.
Parece tapiada de acero, pero la copia conversada de subrayadas líneas en conserva tiene la lata casi abierta, a tirón brusco de anilla. Y tras el lanzar un "crack", acaba siempre cediendo a dejar a la vista de todos los garabatos de tres al cuarto (que va uno); serpenteantes en su trazada y complicados en la salida.
Suma... y sigue acumulando un arsenal verborreico de pólvora mojada en el interior de una caldera.
Sin refuerzo a su lado, sólo el pasar camufladamente con el impulso ascendente del camaleón. Sin mirar abajo, agarra a mano abierta las florífiras ramas trepadoras que utiliza de trasbordo entre liana y liana. Asi hasta acabar pisando penumbras, de oscura sombra, y que bailan torpemente en las verbenas que organizan las algabarias enajenadas que llevan siempre tres pueblos pasados, y que por culpa del bloqueo del volante no pueden hacer un cambio de sentido.
Sí... son a veces pronunciadas con la caricia del desdén. Tambien reposan a media mañana en cestas de hojalata, y en los días señalados brillan con el sudor que filtra su epidermis de esforzada y salada tesitura.
En la época de apareamiento neuronal, las narraciones golfas van al galope desbocado, usando el cable pelado de alta tensión como espuela. Prueban las tropecientas frases que cruzan la mente, y la propina si se tercia... calzándose las herraduras imantadas para andar por los charcos en plena tormenta eléctrica. ¿Los zancos?... no entraban en las previsiones meteo-psicológicas.
Esperarán a que entregue a las letras en adopción. Le faltan mantas con las que envolverlas, pero por guardar la uniformidad...todas al papel. A continuación las dejará cuidadosamente en el último escalón, para  hacer sonar impertinentemente un par de veces el timbre de una casa cuna ortográfica de dura disciplina. Se asustarán al abrir el portón, se presiente el hecho...  al ver esa manada de significados rebeldes que toman cuerpo cuando se cogen de la mano; caminando de espaldas, y bordeando las frases hechas de inquietos movimientos creados por  finos y traviesos tendones. Se la tomarán a la tremenda en todo caso. Pero la jueza fraseológica ordenará el desalojo. Nudo a nudo, las desatarán de la garganta, y a la intemperie de un cajón tampoco estarían tan mal. Pero la pensión del estraperlo de historias está abierta todos los días del año, a todas horas. No hay cena a partir de las doce... pero en el sótano se saludan los estiletes de movimiento cortante, y una timba de metafórica baraja de texto, tiene marcados y entre paréntesis los textos arrebatados al pensamiento.

martes, 25 de mayo de 2010

" LA VIDA Y LA MUERTE SON SIAMESAS"

                           " LA VIDA Y  LA MUERTE SON SIAMESAS"

No tardó en rimar con  delatadoras idas y venidas sus ausentes trayectos. Lo mismo ha hecho siempre con sus quehaceres de labio encarnado y adhesivo. Su silencio se había matriculado en el eco de una facultad de oidos taponados. Repitiendo curso por gusto, y aunque ya no asiste de clandestina oyente a su trinchera estudiadamente situada en el aula magna de las almas transparentemente huecas, se recrea agujereando la codera de su manga derecha, rozándola con la cabeza plana del tornillo que sobresale del pupitre.

No presume por ello, pero tiene convalidadas todas las asignaturas de ciencias de la paciencia. Y es ese rato en el cual se toma un respiro por el exterior. Mata esas horas planchando con pasos escritos las hojas secas que han sido expulsadas de la rama; llevabán un exceso de desinterés en su suspendido cotidiano, y todo tiene su final.
Ahora recuerda que sus emociones blindadas están de baja por culpa de esa personal y metódica vulnerabilidad de sensible presa. Ser la diana fija no es lo mismo que la que se desliza de un extremo a otro, y eso ya es un handicap en su contra.

Es digna de mención esa sonrojada timidez, la que hace que se salte la sesión de maquillaje por la cara. Lo justifica con una clara belleza cristalina que brilla mejor sin polvos pringosos. Jamás ha necesitado de tales adornos, su introvertida y vergonzosa naturalidad hace las funciones de colorete, con un tono cambiante. Las dudas existenciales las ha cedido en propiedad a un tal "Carpe Diem". Navegante de rumbo desconocido y conducta reflotadamente canalla, que va conociendo a su destino en el rompeholas de las marejadas que trotan suicidas y de frente a la costa.

Puede que reniegue de esa placentera sensación que evoca la lujuria en su íntimo contexto. Que no sale nunca  de su lastrado asombro llevado a cuestas, tampoco es un secreto. Puede que los "hasta luegos" le mordisqueen el tiempo con delicadas pero certeras dentelladas en la yugular. Ahora mismo recuerdo la de veces que se ha sentido interesada en que alguien le aclare la duda con la que resolver la ecuación vital que trepa todas las noches por sus versos favoritos, que almacena celosamente encuardernados y a buen recaudo en el atríl clavado a más altura. Pero es que... soplarle a la oreja, el lugar y la hora en que la verdad y la mentira se citan espalda con espalda, no es ahora posible, y sería faltar al compromiso por parte de todos. Total... sólo se limitan a dar diez pasos en direcciones opuestas con los ojos vendados, para girar sobre si mismas y foguearse mutuamente, y así acabar con lo empezado.
Y ya sabemos que las dos tienen muy mal perder...

jueves, 18 de marzo de 2010

" EL ONCE IMPERFECTO "

                                        " El once imperfecto "

. Me acerco a la pizarra... y sobre ella empiezo a confeccionar el equipo con el que disputaré el partido de esta noche...

Colocaré bajo los palos a la "Serenidad". Va bien por alto, y se defiende con solvencia por bajo. No se arruga al choque, y en el uno contra uno aguanta con gran aplomo hasta el límite. Su manera de blocar no es muy ortodoxa, sí... pero antes de verse en una situación comprometida, despeja hacia los lados, nunca al centro; ya sabe que de esa forma no da opción a dejar la pelota muerta a merced del contrario.
El eje central de la defensa lo ocupará el tandem de zagueros que forman "Prudencia" y "Timidez". Se complementan bien, y se alternan las marcas sin problemas para despistar a la mordiente atacante. A veces se atreven a avanzar las líneas, y se turnan a la hora de subir a los corners, no dejan jamás la opción de un contrataque fácil y letal.
Por los laterales colocaré a la "Rebeldía". Es ambidiestra, y sube su banda mucho mejor que la cubre. De ahí que en alguna que otra ocasión, haya desempeñado labores de interior con una soltura sorprendente. De caracteristicas similares y por el carril contrario, estará la "Espontaneidad". Pese a su irregular rendimiento, y que por su baja forma sea relegada en fases de las noches al banquillo... suple agílmente estas carencias con un dominio y desquicie al rival, gracias a su pegajoso marcaje.
No haré cambios en el doble pivote. La "Ingenuidad" ya se ha acostumbrado al abucheo general por ese parecer estar en la luna a jornada completa. Todo y que no parta nunca como titular al comienzo de cada campaña, se hace con el puesto gracias a su genuína forma de tomarle el pulso al juego y saber leer el partido. Para esta noche le diré al utillero de la oscuridad que le ponga unas tobilleras más gruesas, de esas que no se agujereen cuando le cosan a patadas. Un poco más adelantada, la "Picardía" hará de las suyas parando el ritmo con sus faltas técnicas. Provocará amonestaciones, y si hay suerte alguna expulsión con sus teatrales gestos de dolor al primer contacto que sienta. Su baza escondida es ese saber mediar en las tanganas, siempre con una sonrisa de granuja complicidad. Si la cosa se pone fea, se pasa un rato atándose las botas de temperamento con los ligamentos cruzados de sus cables, jamás pide el cambio.
La batuta del conjunto la manejará con la maestría de esos pases cortos y a larga distancia la "Generosidad". Buscando los desmarques, y asistiendo al hueco o al pie ocasiones manifiestas en los ataques estáticos. Es el alma del conjunto, de ahí que la capitanía le venga grande. Aún le da vergüenza el hecho de que sus manos sean las primeras en alzar las copas del triunfo.
La "Euforia" se moverá por un costado del eje atacante. Con sus recortes alegres y desenfadados añadirá un punto de mordiente en el área. Sus cambios de ritmo, unidos a su semioportunismo son sus mejores cualidades. Una pena que de tanto tirarse con jocosas carcajadas a la piscina, los colegiados no le señalen los libres directos, por muy reales que sean.
De falso extremo pondré a la "Utopía". Siempre intentando la jugada imposible... irse de uno, dos, y de todo lo que le vaya saliendo al paso con el esférico en su poder. Su obcecada versión artística de estilo se sale del manual, y le lleva a caer en el fuera de juego muchas veces, más de las que serían normales a lo largo de un encuentro.
En la punta del ataque se situará la "tozudez". Tiene en su haber el record de tantos. Partiéndose la cara en cada disputa colgada de su cabezonería rematadora.
Su exquisita técnica le permite encarar la meta zafándose de la defensa contraria. Siempre está esperando el rechace, y si no ha sido posible superar el arco a la primera, lo intentará una y otra vez en boca de gol.

¿La táctica?... moverse en la oscuridad del rectángulo con toque nocturno.

jueves, 11 de marzo de 2010

" ME MANDO UN RATO A PASEO "

           " Me mando un rato a paseo"

Un sol de juicio gratuito y dedos raquíticos rozaba las construcciones adosadas, tiñendo de luz esas paredes de obra vista casi centenaria. Yo, tozudo, seguía abriendo y cerrando el baúl de las cotidianas cavilaciones, sin temor a que mi mente en blanco me tapase los ojos con su mandíbula superior.
Mi perpetuo polizón huesudo se movía con su frágiles fracturas soldadas. Se sentía en armonía  con la capa de músculos, venas, y piel; sellando adoquines en relieve floral con las pinceladas de los pasos. Era conscientemente inconsciente de la hora y el sitio en el cual tenía que estar puntual, de cuerpo presente y voz silenciada, como era de preveer. No me encontraba el  gesto vago de ese final ni en los bolsillos, ni el tiro fijo con retroceso que me rebobinaba al prólogo envenenado. Quizá era una simple carantoña de un pensamiento de refilón, con ese deja vu de helador consuelo.
Enfilaba el aire de frente con el triciclo de la incerteza; saldando las cuestas pendientes, allí dónde las imágenes esperan a los recados que les encarga el recuerdo.
Las aceras se tensionaban, dejándome la visibilidad horizontal reducida, sin tope alguno de claridad. Un suma y sigue sudoroso que se iba a convertir en mi torpe resta y para; agarrándome con suavidad en la baranda de los pausantes intermedios... logré oxigenar el alma.
Pude ver a la suerte con su cámara enfocando a la nada. Desde que nos había revelado que la gente ponía verde a los semáforos, evitaba el cruce enfebrecido de miradas, lo hacía para no sonrojar al ambar neutro y sin criterio.
Lo adecuado era esconderse a buen recaudo. Una nube de sombrero amenazaba. Sabía que tras esas náuseas oscuras se escondían los vómitos de lluvia fría e invernal. A las disenciones de cuello alto y garganta pudorosa no les gustaba aproximarse a los aspersores locuaces de lengua activa, a no ser que necesitasen algo de verborrea suelta para la máquina de la prudencia.
Ahora que los párpados me echan el cierre, no sin antes regalarme  un "streap-tease" ocular, sugestionando al sueño con las retinas desahuciadas de lloreras y poso risueño... vuelvo, que había quedado.

jueves, 18 de febrero de 2010

" Tocata (tac-tac-tac-) & fuga "

                                                " TOCATA (tac-tac-tac) & FUGA "
Impertinente e inoportuno me resultaba ese sonar del teléfono. El tono uniforme y repelente, con sus espaciados silencios breves. Siempre tan previsibles, y careciendo de improvisación alguna.
Intenté evadirme hasta ignorar el dichoso timbre, pero la paciencia se agotaba. Daba la casualidad que se encontraba ya en el pique personal que tenía con su gemela; su antítesis. La que se añadió el "im" en su apellido al primer lloriqueo,  para dejar bien claro que sus virtudes y defectos no iban en concordancia con los parentescos de significado.
El momento en el cual la enésima llamada ya adelantaba sin previo aviso al agotamiento. Pisando la raya continua, para llegar apurando a la curva previa del abrir de párpados en primera posición.
Mis sensaciones se abrían paso como podían entre los zarandeos legañosos y las zancadillas bostezantes. Una voz identificada en mi registro cerebral horas atrás, me relataba lo que le sucedía a esa temprana, matutina, y poco común hora dominical.
Se había despertado sobresaltada. En ese instante en el que los gallos aún andan haciendo gargaras con el rocío y pulsos con Morfeo; preparando un nuevo tachón de viva voz en el calendario pintado de luna rojiza y claridad progresiva. Me contó que de repente había sentido el abrazo del desvelo. Que notó un escozor mezcla de cosquilleo y dolor en el pecho. Y que al encender la luz pudo evidenciar que la fisura tantas veces parcheada se encontraba abierta, siendo utilizada como válvula de escape. Ante su ausencia, temía no dar con su paradero y perderlo para siempre, quedándole como único recurso la compra mediante puja de otro rectificado y desconocido.
Le dije que se tranquilizase. Que el mio perpetraba huídas nocturnas casi semanalmente, y que no sería extraño que hubiesen planeado una fuga a duo. Intenté explicarle que los que salen inquietos no son fáciles de dominar, y mucho menos cambiar, aunque disimulen a veces llevando una ejemplar conducta... todo apariencias, nada de lo que renegar. Que están a la que salta, huyendo del latir sedentario, y negándose a pasar el resto de sus días con los compases en pantuflas delante del espejo borroso de un fingido cariño con elevados índices de colesterol sentimental. Que al final, ya fuese de una forma u otra, volvería cual "Pulgarcito" taquicárdico que sigue el rastro sanguineo, para asentarse en su lugar; abriéndose paso entre sus artesanales costillas.
La noté aliviada. Hice que descartase la opción de ingresarlo en un correccional a su vuelta. No serviría de nada, pues los que tienen un ritmo imposible de marcar, son de difícil inserción en la sociedad palpitante de vida ejemplar. 
Aproveché antes de colgar, y con la poca claridad que me ofrecía el sueño partido, para proponerle llevarlos en breve a los dos de expedición reanimadora con las mochilas llenas de miradas desfibrilantes. Estableciendo el campo base a dos guiños de la cima adrenalínica, y siguiendo la ruta marcada por los trazos irregulares de un cardiograma de lectura cifrada sólo para nosotros.

martes, 2 de febrero de 2010

" ¿TE PROMETÍ SECARME?... TE MENTÍ "

          " ¿TE PROMETÍ SECARME?... TE MENTÍ "

Soplé... y volví a coger aire para seguir soltándolo al segundo. Inflé de frases un ramillete de globos al sol. Inhalé el gas tóxico de tu aliento hasta ver que tenían el tono mate adecuado. Les solté amarras abriendo tu mano, mientras se quedaban pálidos como tus labios de rimel ácidamente avinagrado de ver las nubes tan de cerca.

Secuestré... y maniaté a la aguda expresión con mis hilillos de voz. Tratándola con la delicadeza que habíamos acordado en el último instante. Un todo y nada se nos hacía demasiado tentador. Intentamos que los sueños cuerdos, los abrazos sensatos, y las centradas emociones, cediesen al chantaje servido en nuestra bandeja de hojalata oxidada. Les dejamos dos opciones... la tierna y la salvaje. La primera se basaba tan sólo en retroceder a la pata coja sin mirar con el rabillo del ojo el vacío. La otra era más sencilla y factible... consistía en dejarse caer con los ojos abiertos,  por el desnivel del saliente que dibuja el arrebato en los precipicios del miedo.

Acordé... y repetí  hasta la extenaución, que no obedecería otra vez ese hábito de asentir mecánicamente y con cadencia funcionaria las consignas. Las negaciones de expresión decidida, iban a ser las directrices a seguir. Si el deseo transcurría con pasos distraidos su recorrido sofocante por el infierno, la palabra sería cedida a la hada afortunada del acierto. Negándole a mi ángel de la guarda cualquier acercamiento al cortejo de mi lisiada inspiración. Sabía que de no obedecer, ella me pondría de cara a la pared con las orejas de burro que tengo empeñadas en la casa de las meteduras de pata, y recitando una y otra vez todo el poemario de torpezas, esas desatinadas que se buscan entre los desafortunados espacios de los errores reiterativos.

Serené... y tranquilicé el carraspeo de la voz rota con una espesa capa de miel. Las frases sinceras corrían torpes con las muletas recien estrenadas. Los recursos inutiles se ponían hasta las cejas de sal y pimienta con el beneplácito facultativo y negligente de la picardia no titulada.

Incendié... y me deleité viendo como se calcinaban todas la imágenes memorizadas a cámara  lenta; disfrutando los escasos minutos en la filmoteca medio vacía de cortos de culto. Mientras, en la otra sala, proyectaban largometrajes sentimentales de guión previsible con un desenlace de caras largas y mentiras.

Disfruté... tanto como tú, cuando quemamos a lo bonzo los tempanos de hielo con las palabras ardientes. Una vez deshechos; mezclamos lo derretido con las cenizas, y pintamos lienzos en relieve hasta que nos quedamos sin pinceles. Los dejamos secar. Al amanecer estarían listos para ser subastados a precio simbólico en las ocurrentes ideas que nos vendrían grandes. Pues, por mucho que nos dijese el sastre chisposo que vestía a las musas, que con un lavado en agua caliente menguaban... ni tu fino vestido merecía quedar descolorido en un blanco glaciar, ni tampoco yo quería entallarme en el corte de la timidez textil del papel.

viernes, 18 de diciembre de 2009

" UNA NOCHE DE DICIEMBRE "

                                           " UNA NOCHE DE DICIEMBRE "

Nos pasa desde hace mucho tiempo, y ocurre...

Cuando el espectáculo más grato se encuentra situado a unas tres zancadas hacia el frente.
Cuando las piernas tiritan nerviosas al ritmo de compases familiares.
Cuando la animación conjunta disfruta acotada entre la estructura de un pabellón (llamemósle "Anaitasuna").

Cuando transcurren una, dos, y hasta tres horas... con su receptiva prórroga, que acogemos de buen grado. Y no se hace otra cosa que corroborar que el entusiasmo natural es más fuerte y hábil que el cansancio. Lo burla, pero sí no fuese suficiente, se permite el lujo de robarle el impetu, abriéndole la mirada con la ganzua prestada por un espabilado repertorio.

Cuando los ojos no pierden de vista el camino; iluminando con relámpagos unos fugaces guiños sobre el escenario.
Cuando el hipnótico entusiasmo da por nulo el salto de una cansina rutina ("que mala rutina...").
Cuando el placer de estrofas, notas y estribillos se desloma de tanto trabajar por los bucles sensitivos del cerebro.

Cuando el regocijo derrapa por un suelo marcado de huellas, y una vez escurrido el paño impregnado de sudor, se le pasa concienzudamente, para que recupere el brillo renovado que tenía el primer día.
Cuando, y sólo entonces, te das cuenta que en el almacen de los buenos ratos están los estantes a rebosar. Poseemos un orgulloso "stock" de bienvenidas, abrazos, sonrisas... y despedidas. Aunque de estas últimas, nos gustaría desprendernos al ritmo del postrero acorde, aún hoy perceptible en nuestros oídos.

Y cuando todo lo citado anteriormente no pase... malo, muy malo. Será para empezar a preocuparse. Mientras tanto seguimos aquí, y otra noche sin dormir.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

" DESCANSO AGOTADO... INSERTE EL IMPULSO EXACTO"

                                             
Divagando sobre lo amenazante que resulta a veces comprobar a aquellos que toman decisiones de manera digítal y cosas de esas. La verdad sea dicha es que  no me quedaba convencido.

Esos instintos que surgen con naturalidad, lapidados a pleno sol, y con pedradas de seguridad a base de agresiva firmeza... lo veo todo demasiado perfecto, y por ello sin encanto alguno.
Yo prefería la maquinaria de toda la vida; la imperfección narrada a cada instante con cavilaciones risueñas. Esos parones, arranques, averias, y atrasos (o a la inversa). Todo a tiempo real, nunca diferido.
Ahí, dándole cuerda a las leves y repetitivas reflexiones en movimiento. Con el pulso exaltado. Nada de pilas, ni baterías con bornes que se comunican. Conforme pasan los días sólo dejan ideales tóxicos; pensamientos radioactivos, y lo peor, polos positivos en corrosión avanzada, mientras los negativos dan sobrecargas de cinísmo a la sensibilidad.

Mirando mi reloj veía los rayones en su cristal circular. No iba a ganar nada escondiendo las horas y los minutos con el puño de la manga del destiempo. Aunque tengo que decir que yo también he usado los pensamientos digítales, en sesiones de esas que aburren a cualquier "maestro conferenciero venido a menos". Por cierto, acertada medida de cara a un ahorro energético del hogar... todo el mundo a asistir a discursos de da igual qué orador, sabio, o mequetrefe de renombre y alto caché. El problema es que aparte de sueño, no te sirve para palíar el frio, pues te calientan tanto la cabeza con promesas que incumplirán, que la sangre no corre por el cuerpo, es cierto eh. En una de estas, a los inteléctuales, o aspirantes a progres de hoy andar por pasillos de sede política, mañana haciéndome fotos con los desfavorecidos,  les van a tener que amputar alguna de sus extremidades por congelación. Y visto el riesgo, casi qué mejor que te pase en el "K-2"o el "Anapurna", escalando la cara oculta de tu personalidad, que en un anfiteatro de cualquier congreso.

Parecido y curioso lo de los receptores neuronales... con el "sanalógico" ganaba en rapidez de cambio. No cómo ahora, que hay veces que la expresión se te queda clavada y no das señal alguna. Tampoco es que sea culpa de los conectores de carácter irrefrenable. Será quizás lo que sospecho, pues hace tiempo que mi teoría recela de los montajes en cadena. Veo que los comportamientos ya sean reales o ficticios, tienen mas naturalidad y mejor definición de imagen sincera de cara al espejo, sin cables.

No sé... pero resulta difícil situarse en este lupanar de autómatas de corriente continua y alternada. Hasta hacen de la gratitud un mecanismo de conformidad. Gracias por la confianza depositada (faltaría...), gracias por el favor (... ¡Por favor!). Ah, gracias por esas palabras mudas deletreadas con gestos ( Entre la "A" y la"Z" se me van a la cama sin cenar).
Su tabaco, gracias...
Ha elegido sin plomo, gracias por utilizar nuestros servicios...
No olvide pasar por caja antes de retirar su vida, o le meteran dentro aunque sea doblado. Simplemente... prometo estar agradecido, prometo estarte agradecido (la voy a escuchar en cuanto acabe) .

Lo único que hay que poner atención es en descifrar cuando las gracias son sinceras... porqué haberlas, las hay... por suerte. Démosle hoy su "Tamiflú"de mañana y que nos cure de todo lo perfecto y normal.

jueves, 28 de mayo de 2009

" CHEQUEOS "

" CHEQUEOS "

Esperar siempre fue de pacientes. Tenía que matar el tiempo, y los pies me reclamaban sus roces diarios de suelo. Me colé despreocupado por la zona restringida a dar una vuelta para despistar al reloj. Una vez allí, me paré en seco y con cautela a curiosear. Pude ver que en los quirófanos de la confianza ciega, las miradas cortantes eran las herramientas infectadas de mayor uso; bisturís de tres al cuarto, fabricados con defectuoso material, y con cierto filo de irregularidad. En la primera incisión siempre dejaban un rastro de insomne cicatriz ojerosa. En algunos casos era necesaria una segunda, pero antes había que despertar a los destellos vistosos de sus parálisis oculares.

En la unidad de quemados, la euforia y el júbilo cubrían sus llagas (vete tú a saber de qué grado), con la pomada abrasiva que le regaló en sus visitas pasadas la tristeza; marcada a fuego con el acero bronceado en llamas.

Supuse que debía descender otro piso. El panorama pintaría mejor (creía...), y no me equivocaba. En el paritorio se esforzaba la vida; desempeñando su labor de comadrona nombrada por decreto y estado embarazoso. Sudaba tinta en cantidades industriales. Mientras, la fantasía abierta de piernas, daba a luz a las tiernas fábulas de cuerpo arrugado por sus baños en líquido amniótico. Los lloriqueos eran capitulados entre los fecundos inicios del cuento. Las contracciones sincopadas en el preludio de la moraleja final.

Crucé un pasillo, apareciendo en otro pabellón; rodeados de paredes deslucidas se encontraban unos biombos negros, calculaban divisiones sin intimidades en los cocientes con restos de pudor, aunque llevando decimales arrastrados consigo. Me escudé detrás de uno y agudicé el oído... pude sentir a los corazones bombeando en calma, con una inerte regularidad, muy propia de las ritmos dictados por el metrónomo de las rutinas matrimoniales. Por el contrario, al otro lado fibrilaban en un suspensivo salto al vacío, los enclenques compases cardíacos de los que lo tuvieron en un puño y lo agarrotaron en demasié.

En planta, la situación era diferente. La austeridad se acababa de arrancar la aguja por la cual le era suministrado un suero codicioso de avaricias intravenosas y de gotero lleno. Evidenciaba una escena delatadora, sin duda. Resultaba hiriente ver el ramal de hemoglobina que descendía a vía abierta por su brazo. En la habitación contigua, la memoria padecía episódicas convulsiones de amnesia transitoria, y claro... de ahí sus lagunas mentales de cauce variable que inundaban sus recuerdos. En la cama de al lado, a la locuacidad se le habían dislocado las confesiones de largo recorrido, y ahora no tendría otra opción que sobrellevar como pudiese a sus sinceridades escayoladas en rácanas monosílabas.

Ya había pasado un buen rato. De vuelta a la sala de espera, me senté junto a los pensamientos acongojados. Yo los había traído, y ahora no podía dejarlos ahí tirados... ¿Qué clase de tutor sería entonces?. Entré con ellos de la mano
cuando los reclamaron al nombre de "Los Don Nadies" por megafonía...

- ¿Todo bien doctor?.
- Sí, nada por lo que preocuparse. Todo normal, vamos.
- Uff, , menos mal (dije, mirando con mueca cómplice a mis pensamientos).
- A la fantasía ha habido que hacerle al final una cesárea para qué
pariera la última palabra, su ocurrencia no daba mucho de sí. En cuanto al corazón, déjelo que siga
como hasta ahora; dando tumbos y viajando veloz. Sí se cae de bruces...
mercromina, alcohol, y a correr. Que no le marquen los pasos, y
en el caso de notar taquicardias... buena señal... lo que no se
mueve, acaba averiándose.
A la imaginación, procure darle de forma aleatoria su dosis
de música sin ningún tipo de compasión. El sarpullido sinestésico
de voz rota y agradable rascado, sonará como nunca con las
uñas rabiosas de la adrenalina acumulada.
En lo que respecta a confianza, memoria, euforia etc, etc... Ya tienen
reestablecidas las constantes vitales, y... eso es todo. En
recepción, asegurese de que firman el alta y lléveselos a casa, tienen sueño atrasado y dormir les vendrá bien.
- Hasta otra, entonces.
- Ah!, me olvidaba... siga dejando algo de libertad a las palabras.
Ya sabe, que salgan por ahí, que se tomen algunos tragos, que alternen entre
saliva y fonemas con las charlas amenas, de noche mejor, el metabolismo parlanchín funciona mucho más equilibrado.
- ¡Hecho!.


lunes, 11 de mayo de 2009

" BICHEJOS "

"BICHEJOS"
Me importaba muy poco el no encontrar una charca a salto de mata sobre la cual practicar la inmersión de manera vilipendiosamente salpicante.

Las tripas me estaban entonando la cantata de la hambruna en versión distorsionada, con unos coros rasposos y graves. La lengua se secaba sin remedio ante la deshidratación a la que la estaba sometiendo, de forma eventual por eso, con un estado de aridez indefinidamente agrietado.

Fue entonces cuando pude ver en el suelo húmedo ciertos manjares a los cuales hincar el diente, pese a que no fuesen sus sabores de mi agrado, pero el caso era comer algo.

El método de caza sería simple, más ramplón de lo normal, con conducta repelente, y ejerciendo de apostáta arrepentido al tener que sondear algunas veces el terreno al lado de ellos.

Tenía de todo. Gusanos profanadores de manzanas pecaminosas, dejando como trofeo intacto un corazón seco. Mantis saboreando el cigarro que calma los músculos tras la pasión, llevando a cabo homicidios post-coitum en el lecho pasional de las ramas crepúsculares del otoño. Escarabajos y ciempiés con experiencia demostrable en el arte de la cata por los tugurios de los arrabales. Pulgas que desertaban de las perreras de la coherencia, encontrando en cuarteles y comisarías un nuevo habitat uniformado de nula integridad.

Por el camino iba a encontrarme también con cucarachas diplomadas en oficiar casamientos sin verdades. Sermoneando sandeces en los púlpitos de catedrales repletas de babosas y holgazanes con títulos de realeza. Hormigas explotadas a destajo, siempre reivindicativas ante las vejaciones de sus derechos en los hormigueros embarrados del subsistir. Saltamontes impulsándose de un escaño a otro y tomando la palabra en la tribuna de la demagogia.

Hoy no era el caso, aunque sí lo que mejor me sentaba, pero... respetaría la veda, no fuese que se extinguieran esas garrapatas que no precisan de la cola de impacto para aferrarse bien a la píel de los noctámbulos, los cuales siempre llegan puntuales a las puestas de sol, y que ni por asomo se pierden la lección que imparte el sabio destino en los abrevaderos de la granujería.

Curiosamente mi instintiva hambruna me concedió una tregua. No iba a engullir nada de lo que veía. Unos me podían sentar mal hasta el envenenamiento; con otros hasta podría acabar tomando un trago. Tampoco entraba en la hoja de ruta los baños en insecticida, por el bien del medio ambiente.

Al final, lo sensato será untar mi lengua con un ramo de ortigas, y croar un poco por lo bajini del picor... gajes de la natura.

domingo, 10 de mayo de 2009

POSA VASOS SIN BARRERAS

" POSA VASOS SIN BARRERAS "

Mis pasos dormidos me habían llevado hasta aquella mesa. Necesitaba la dosis de cafeína de rigor para acelerar un poco los despertares del caer la tarde. Por mis auriculares se enredaban notas con frases adaptables a ilimitados personajes, y a otros que como yo, transitan con esas canciones a cuestas, como lo hace el caracol que carga constantemente con su concha.

De repente me fijé en algo (cosa muy habitual en mí)... puede que por curiosidad, o tal vez por el simple hecho de marear a la indiferencia de lo que me rodea en cualquier habitáculo de ciertos metros cuadrados y botellas colgando cómo murciélagos... observé de forma poco disimulada que a dos mesas por delante de mi espacio de inspiración, unos ojos negros tatuaban miradas fijas y penetrantes con tinta endelebre. Su iris violaba la intimidad de él, atravesándole a modo de resplandeciente cuchilla.

Lo abrazaba con las manos, a la vez que lo empañaba con su aliento. Un rastro de saliva resbalaba por el torso de él, hasta que ella con su dedo anular le daba el alto, y era entonces cuando la gota mutaba su figura en su yema, cubriéndola con delicadeza.

Él no tenía la culpa de quedarse inmóvil y mudo... de observar todos los relojes con las esferas barnizadas de nicotina. Era ella la que lo vestía con ropajes variopintos e inusuales; unas veces con tonos naturales y otras con vivos colores embriagadores. Así lograba desnudarlo, a tragos , con la delicadeza del sorbo residual de los sentimientos, y con el poco acierto de los Cupidos mancos que tienen que elegir con impotencia entre el arco o la flecha.

Las cicatrices de él eran el resultado de muchas rozaduras, también de ciertos y para nada considerados abrazos. Muescas que podrían haberle herido los sinuosos labios a ella. No pasó. Pero de haber sucedido, los trazos que enmarcaban sus silencios, se hubiesen teñido de un rojo más vivo que el carmín que maquillaba sus sonrisas cautivas en aquel instante.

Le daba vueltas... sus sordos sentidos experimentaban la ley de la gravedad en estado líquido cada vez que sus muñecas giraban epilépticamente sincronizadas. Mientras él, notaba como el palmo escaso que separaba sus besos agrietados se fundía con su entrecortada respiración. Contemplaba en primer plano los destellos de sus parpadeos, a la vez que escuchaba las patadas que soltaba contra las paredes de su pecho su corazón; ese karateca acorazado, preso experimentado en fugas desde el interior de su cuerpo.

Los desfiles que calmaban la sed se sucedían una y otra vez por la pasarela de la garganta, cayendo traquea abajo. Pensé que podían no haber despertado de ese sueño; que los silencios de ambos levitasen hacia el infinito, como expresos desbocados sin raíles ni catenarias lascivas. Ella, lo podría haber robado. Nadie lo hubiese echado en falta. Viajaría siendo un reo cúbico y feliz en su bolso, rozando a cada paso su cadera...

Quizás si un involuntario e inoportuno gesto no lo hubiese arrojado al suelo y convertido en añicos, así sería... pero puede que por eso u otras razones me tocase la hora de marchar. Pagué el café tuneado con gotas de agua de fuego, y volví a colocar otra vez a los rocanroles emigrando de oreja a oreja antes de poner el píe en la acera. Aunque confieso que aún ahora, sigo creyendo, o mejor dicho, me gusta pensar que cuando pasé a su lado oí en mi imaginación una voz susurrante decir... "No me toques, ahora sí que te podrías cortar tú".

domingo, 25 de enero de 2009

PODRÍAMOS SER TODO ESO

" Podríamos ser todo eso"

¿Qué podríamos ser de mayor?... por decir alguna cosa.
Ninguna respuesta a mi pregunta... esperé diez segundos y de forma reiterativa miré a todos los ocupantes del vagón hasta que del fondo se levantó una silueta ensombrecida, y con un tono de voz firme, segura y rascada, contestó tapándose la cara con la bufanda...

¿De mayor?... muchas cosas y ninguna. Podría encargarme simplemente de collar los tornillos del ánimo ajeno con las tuercas hexagonales del desvanecimiento intermitentemente abandonado por las fuerzas de flaqueza. Aunque aflojar bombillas en casa ajena, liberando a los interruptores del cambio de estado me resulta motivador, del "on" al "off" sin necesidad de mover otro dedo que no sea el mio.

Por qué no, engrasar las cadenas de los reductores atascados con ácidas micciones de cinísmo. Y ya puestos, y sin salirnos del ramo; achicar los litros de lágrimas que se acumulan en los depósitos de cualquier inframundo sentimental, me interesa; no lo reconocen por no avergonzarse en público, pero sé de buena tinta que viven bajo el umbral de la pereza, fecundando lagunas sensitivas con caricias, por el método in vitro y sin que sirva de precedente.

Mi zapatero de confianza dice que en un futuro muy próximo habrá hasta opositores al cuerpo de frotadores de suelas gastadas, con estropajo y salfumán como herramientas indispensables, y sin guantes para protegerse de las irritaciones en las manos.

Puestos a no forzar mucho el físico, lo de transportar la empatía en furgones blindados de abrazos, puede interesar. Herméticamente aislados y a salvo de la indiferencia. A todos a los que les interese no cargar con el egoísmo propio les puede resultar algo enriquecedor.

Luego ya, si se está libre de escrúpulos, y se aguantan los pisotones... siempre tendremos un puesto reservado como alfombrero en el pasacalles del pataleo. Para después, ser esos sufridores verbeneros que soportan sin ápice de dolor los pasos mudos y subtitulados de los bailes de claqué en versión original.

No sé el resto de ustedes, pero ahora me quedaría con lo de ser tertuliano sin micrófono y de palabra censurada entre la "i" y la "k". Sin empadronar a nadie en la reserva natural de las opiniones ajenas, y pivotanto sobre mi actitud. Marcar con cada letra el perímetro prudencial de los que no entendemos ni jota de nada y todo del resto. Pero... a día de hoy, reconozco que sigo haciendo horas extras memorizando clandestinamente agrias serenatas de desamor, para pasado un tiempo almibararlas con diabéticas estrofas. Puede que no sea un éxito mundial y reconocido, pero sí que se trata de ese coreado totum revolutum por las mentes cantarinas que peregrinan al mausoleo de la comprensión... con los corazones anticipadamente flameados de acetosos renglones de sobremesa y baja densidad.

Bueno... estaría todo un día contestando, pero me van a perdonar todos y cada uno de los aquí presentes, pero es que esta es mi parada. Espero haberles servido de ayuda. Buenas tardes y seguro que nos volvemos a ver, aunque sea la última vez.

(Y la sombra puso su píe en el andén, dejándonos a todos recapacitando y pensativos, yo el primero por preguntar al aire... curiosa curiosidad.)

"Las letras atadas jamás se miran de reojo"

"LAS LETRAS ATADAS JAMÁS SE MIRAN DE REOJO"

Ni viviendo mil años se pueden conjugar los verbos succionados de las sensaciones sin adulterar. Pasan los tiempos; y saltando por encima de todos, se ayudan de la pértiga imperecedera de un no parar nunca.

Tienen una vitrina reluciente en la cual conviven los monigotes con artrosis y los arlequines que siempre se quedan a cuadros, es la mejor colección de tara apreciable que se puede encontrar hoy en día. Por eso llevan a la práctica la maniobra de no encestar los abrazos en los bolsillos sin forro. Tampoco pierden el rato en coser dobles a las verdades con hilo de pescar transparente.

Miran de cara las ventanas tapiadas a cada atardecer, y venden al mejor postor un baúl repleto de risas irónicas y ya de vuelta de todo. Dejan, claro está, unas pillas carcajadas de fianza; siempre al servicio de la más incorrecta y transgresora poética de cuarto menguante y carácter retroactivo.

Abrasan la píel a cobro revertido con las llagas aún recientes que dejan las miradas inflamables. Las acciones traicioneras les han tendido siempre emboscadas sorpresivas, creando una fila de palabras con o sin sentido, dependiendo de su innata asimilación.

Tienen a cualquier hora en su poder y bajo llave, una artillería bien variada de cumplidores antídotos, que caminan a gatas por los pasadizos tóxicos de soberbia cultivada en jardines aparentemente productivos.

En estos momentos andan en la tarea de tirar por la borda botellas preñadas de frases primerizas, apareándose así con la primera anárquica existencia que se cruce en su camino. Mañana, en el salón de actos de los puntos y las comas complacientes, rajarán las alfombras estampadas con ese genuíno cerrar y estirar de dentadura tan particular, será visto y no visto.

Al cabo de unas semanas, limarán las estelas que dejan las soledades en los altos hornos de la ingratitud, y alguien escribirá sobre las utópicas y honestas sensaciones con párrafos impregnados de sudor agridulce. Unas breves líneas, solamente unas letras unidas y con la mirada en el presente. Habrá que firmar y sellar los sobres con las babas corrosivas de sus conexiones soldadas alfabéticamente libres.

martes, 13 de enero de 2009

" A JUGAR"

" A JUGAR"
Hoy tenemos un festejo. Nuestra reina de corazones regresa para completar la baraja. Vuelve con todas las energías renovadas tras unas largas y no menos locas vacaciones en su particular limbo.

Me tocará ir cuanto antes a la tintorería a recoger el smoking de fuerza. Apretaré al máximo las correas y luciré los trofeos de carmín de sus trasnochados electro-shocks en la solapa. Serán como las medallas del oficial autista al que condecoran por no haber dado ni una orden jamás.

Una vez en la fiesta observaré al resto de invitados, los mismos de cada año, salvo alguna baja de última hora (cosa rara). Separados los unos de los otros por unos prudenciales pasos, como si fueran archipiélagos de sentimientos en la antesala de la tímida soledad.

Estará aquel que siempre hace sus versos fajos encendidos de fuego vivo. Atento en un rincón, sentado sobre el suelo, se hallará el que vacía contenedores de desprecios en los vertederos de las bondades. Más al fondo, pálido y transparente, el que subraya cada día páginas en blanco para colocarlas a posteriori como cortinas en los bastidores de su ingenuidad.

A medida que anochezca, reconoceré a la que prescinde de espejos retrovisores para viajar siempre en la chepa de los cangrejos. La que viste su desnudez con prendas sustraidas en las boutiques de lujo y las luce como nadie sobre las pasarelas de la pasión. No iban a faltar las Julietas sinceras, a las que les entran retardadas arcadas de última hora sobre el altar, y no tienen prejuicios para vomitar sobre el hombro de los Romeos de turno. También gozarán de su protagonismo las musas activistas que colocan bombas lapas de inspiraciones debajo de los lechos de la imaginación.

Ah!, y el momento estelar de la noche será cuando efectuen su entrada al frenopático del azar los jueces de la partida. Me asignarán como cada año anunciarlos con voz segura : Srta. ALUZ... Sr. SEFINÍ...
Hagan juego.

" Y TÚ...¿TIENES PAPEL?"

"Y TÚ...¿TIENES PAPEL?"
Nos dicen que es normal carecer de sangre fría en este reparto de personajes...¿Quién lo asimila adecuadamente?. Más bien, será que después de hervirnos horas y horas en el cazo de las sorpresas hemos alcanzado un alto grado de ebullición, las ampollas en nuestros sentidos son el reflejo de todo ello.

La tarjeta de embarque a la delirante imaginación está muy borrosa por el manoseo de muchos dedos empañados. El espíritu acartonado y las almas puntiágudas, milímetricamente dobladas con estilo artesanal, con ese estar y parecer en el improvisado desarrollo de la papirofléxia tozuda. La misma que se ejecuta sobre montones de hojas con incierta maestría.

Cada loco con su tema dicen, y el nuestro pudiera ser que nos lo sople la fantasía al oído con el complice auricular de la conciencia cual apuntadora. Y es que... Si miramos de aprender todos los actos de un tirón, se nos atraviesan por nuestra escasa capacidad para asimilar la obediéncia titulada de los portazos a coz suelta. Si no paran de decirnos que nuestros píes nunca están en el suelo, no nos extraña. Para eso ya le robamos ciento y pico metros de alambre a la equilibrista razón, y sobre esa fina base caminamos con la humilde zancada del existir prófugo.

Quizás no nos hayan dotado de una línea de corriente lo suficientemente agresiva para soportar como lo hace el resto la alta tensión. Es muy común que a nuestra tranquilidad se la saque de sitio un día sí otro también, y que nuestras entendederas regresen a casa como si fuesen balletas... Ahora nos hacemos cargo del porqué de ese afán por reedecorar las paredes con espuma, tal vez de tanto jugar al "un-dos-tres... pica pared" con su frente, se estaba dejando su paga extra de serenidad en vendas y esparadrapos.

Por lo tanto, no queda otra que seguir pendientes de que la tinta no se nos cuaje, y que las llamas que nos quitan el frío no pasen de acariciar las puntas del papel que nos han asignado en este largometraje con el que liamos la realidad.

"CON EL PATROCINIO DE LA LUNA"

"CON EL PATROCINIO DE LA LUNA"

Había soplado la última cerilla de sus aburrimientos estivales con el aliento tenaz de un abrupto suspiro. Las pocas intenciones de hablar salían de las estancias anexas a la sequedad de su garganta. Se paseaban por el patíbulo bucal con la libertad cortada de la sin hueso charlatana.

Sabía de sobras que las autoconferencias mentales de conclusiones reflexivas no eran otra cosa que colchones perforados por cavilaciones de tercer grado. Sobre ellas, las frases pronunciadas sin sentido roncaban en imaginativas siestas, con los pijamas que le prestaba el siempre locuaz desvelo.

Una larga noche de subidas y bajadas, con desniveles quebrantando las piernas... Otro sinfín de taburetes sobre los cuales pedalear al ritmo de conversaciones sin freno. Siempre con la débil inspiración colocada en el centro del pelotón de los trucos a la vista. Esperaría el ansiado corte que le obligase a colaborar en la fuga de las calladas por respuesta. Como resultado, el predecible y descarado demarraje enérgico mientras se dejaba ver el repecho de la oscuridad.

El estómago liberado de sólidos. Los dedos eran tentáculos rebuscando al tacto en el interior del bolsillo... En el avituallamiento no fiaban, así que habría que recuperar líquidos como fuese posible, aún quedaba un descenso nocturno a tumba abierta y con los párpados a medio cerrar.

A pocos centílitros de coronar ya no se podía ejercer de obediente gregario del agotamiento, cualquier artimaña era buena para no descolgarse de la cabeza.

Antes de finalizar, esquivaría la meta dando un rodeo burlón. Mirando con el rabillo del ojo los escalones del podium. Aguantando la respiración, con tal de dejarse caer por el vertiginoso terraplén del amanecer... Ese segundón que cambia de plato a la luna y sigue chupando rueda de la noche a perpetuidad.

martes, 30 de diciembre de 2008

"Vahído" ...(el extravio de la conciencia)

"Vahído"

Sonó puntual el despertador. Ya hacía un buen rato que un desvelo fulminante me había iluminado el amanecer a su lado. Una vez en píe, y mientras resoplaba sobre la doble dosis de café que invadía la taza rayada; observé a través de la ventana como los cuervos amaestrados se estaban embadurnando de mi bilis reflectante, a la vez que volaban en un sincronizado baile circular por el rojizo cielo.

Mientras, las palabras perezosas transitaban prudentemente por el umbral de mis oídos desde unos minutos atrás... Y así yo, el especialista en tensar la goma emocional de los tirachinas del pasado, presagiaba que todo podía acabar amontonando puñados de niebla en su mirada; haciendo borrosos los disparos de su iris.

Me empujó hacia adelante, y ahí estaba otra vez, a tiro sobre la escalinata de puntería disfrazada con el tono vivo del desacierto. Con una expresión híbrida entre el verdugo cumplidor y la musa consentida, me atravesó con una elástica visualización de pupilas agrietadas.  Otra vez sonaba la estridente y bella distorsión de los arrítmicos silencios, que caminaban dejándose arrastrar por el impulso de las corazonadas, con los besos cifrados al tacto que siempre se pasaban de tuerca al tercer giro de muñeca.

Estaba destinada en su papel de musa a hacer las tareas lúdicas siempre de madrugada; sacrificando enfermizas caricias, con mis mazas mudas que nunca acertaban con la estaca adecuada, y... esos malditos rayos del sol cegándonos la armonía de la voraz existencia..

Después de colocar mi nuca debajo del grifo, sentí el frío hiriente del agua de la mañana. El bloqueo sistemático al que nos estaban sometiendo las cópulas legañosas de alma suicida eran remiendos a las desconexiones espinosas; jugando, eso sí, a cualquier hora con los dos en el cargador a la "Ruleta Rusa" de la lujuria. Quizás, no sé...  fuese el desenlace soñado y adormecido durante un tiempo.

Pensamos de todas formas y telepáticamente, que por leve que fuese la herida, emitiríamos una eterna carcajada a mandíbula suelta, y en un hemorragia latente vomitaríamos toda la tensión acumulada en nuestros vagabundos corazones.

Tras unos minutos de expresión paralizada, comprendimos que seguíamos trabajando a destajo en nuestra particular tarea de extraer sentimientos carbonizados en una mina a cielo abierto, que explosionaban de manera persuasiva al anochecer.

martes, 16 de diciembre de 2008

"APAGADO O FUERA DE COBERTURA"

"Apagado o fuera de cobertura"

- ABURRIMIENTO/ Abrir mensaje nuevo: " ¿Conseguiste ya la suficiente diversión para intercambiarla por algo que no sea lo que nos ofrecen los escaparates de MONOTONÍA?. Ya darás señales.

- LOCURA/ Abrir mensaje nuevo: " Hola, cuando te despiertes sudando y helado de frío me llamas eh. La reflexión de anoche sobre lo transgresor que sería experimentar en plan tandem nuestra particular lobotomía me pareció muy tentadora. Los sentimientos anulados. Sí, de esa forma no necesitaremos pagar la cláusula de rescisión que nos remarca la sensata CORDURA. Besos alocados.

- SINCERIDAD/ Abrir mensaje nuevo: " Buenas, cuando puedas pasa por casa a buscar tu encargo. Yo estaré trabajando en la cadena de montaje de las VERDADES, pero se lo puedes pedir a FALSEDAD, ella ya sabe que el paquete de mentiras está sin desprecintar dentro del horno. Ah!... que no se queme al cogerlo, y de nada eh...

- SALUD/ Abrir mensaje nuevo: " ¿Cómo tienes la herida?... ¿Aún sangra?... Yo de tí dejaría de echarle agua oxigenada y probaría directamente con tu propia saliva, lo ví en un documental de animales. Al fín y al cabo... ¿Qué somos nosotros?. A mejorarse!!!

- MEMORIA/ Abrir mensaje nuevo: " Me dijo OLVIDO que se topó contigo en la oficina de sujetos perdidos, que iba a recuperarte y todo eso. Hablando de recuperar... ¿Yo no te dije que el difuso despiste era tan sólo un préstamo a corto plazo?... pues, hazme... hazme.

- HIPOCRESÍA/ Abrir mensaje nuevo: " Ya te vale, mira que no dignarte a hacer acto de presencia en el funeral de nuestra odiada y a la vez vecina ESTUPIDEZ. Si era para quedar bien y punto. Bueno, que sepas que todas las TONTERIAS que se dieron cita en el tanatorio me preguntaron por tí. Ah! y muchos recuerdos de UTOPÍA... sigue igual, a su bola, como tú. Nos vemos pronto ... o no...

----- Y AL SÉPTIMO DESCANSÓ... -----

lunes, 15 de diciembre de 2008

SUICIDAS IMAGINARIOS (Dedicado... K.F.D.M.)

"Suicidas imaginarios"

No es normal, pero nos sigue entusiasmando a estas alturas ser esos insomnes suicidas que se limpian las legañas con el aguardiente madrugador del presente. Esos que compiten en carreras desbocadas hacia el abismo por las cornisas del subconsciente. Somos incapaces a media noche de lograr enseñorear los alaridos de nuestra alborotada tribu neuronal.

Nosotros, los que matamos el rato doblando servilletas mugrientas producto de las manchas salpicadas por nuestras irreales reflexiones. Los que patinamos por los pasillos mentales encerados con doble capa cuando la oscuridad nos coge del hombro. Los que nos sentimos agraciados al comprobar que en lugar de corbatas agresivas que cortan la respiración, nos  anudaremos de por vida al cuello los baberos de nuestra cauta e ingenua rebeldía.

Continuamos ruborizando las brasas de las barbacoas del destino con espontánea fiebre de quita y pon. Consumimos demasiados "síes" y pocos "noes" a los cien fonemas... ¿Seremos acaso los díesel del "tal vez"?... podría ser que sí.

Ahora mismo dormimos inconscientemente en relajación despierta, con la llave del gas abierta, mientras las musas bailan cogidas de la mano alrededor de los fogones; inhalando con las fosas despejadas el perfume relajante de sus arriesgados movimientos. Tampoco nos hartamos de hacer malabares con las radiales en marcha de nuestros corazones, al mismo tiempo que aguantamos el equilibrio sobre el cableado cerebral de alta tensión que nos cruza chispeante los pestañeos del subconsciente.

¿Nosotros?... sí, los mismos. Los que envasamos al vacío los recuerdos, se nos descongela a la mínima sonrisa, y nos dejamos freír a en las sartenes pringosas de la imaginación una jornada tras otra.