miércoles, 27 de octubre de 2010

"Aquí se acaba" (lo que me dieron las letras y las trastadas)

            ESCRITO PARA SENTENCIA


Por la presente, el juzgado libre y sin número, de lo gramatical y textualizadamente imperfecto; pasa a determinar las resoluciones que ha deliberado acerca de este vagabundeo caligráfico con tintes de marcado sobre papel:
       De acuerdo con las letras aquí presentes, y por expreso deseo del autor (disimulada ausencia); éstas podrán disfrutar del legítimo derecho a trastear mutuamente las veces que quieran; mirándose de reojo si les viene en gana. Siempre y cuando, sigan haciendo nudos con el cordón umbilical que ocuparon en el vientre de sus respectivas letrastadas.
      Deberán a su vez, corresponder con gratitud a ciertos pestañeos de párrafos metafóricos, así como a otros guiños alegóricos, con los cuales se han codeado en una adaptación imaginaria de lo irreal. Dicho ejercicio no debe ser de un esfuerzo sobre deletreado, sino tomarlo cual muestra de humildad, servida en bandeja de cartón (declararon prescindir de lujos).
      No quedan exentas de alejarse a los arrebatos de tendones desbocados, ni a los dedos transmisores de esos impulsos tecleados. Necesitan del descanso de un reflejo inquieto, a sabiendas que todavía se miran en los espejos del pensamiento con el rabillo del ojo.
      Ocho pasos estacionales son demasiados. Nos consta en todo caso, que han rotado con una periódica aparición muy irregular en el subsuelo de la abstracción... los pestañeos lunares y las ojeras vespertinas no serán utilizadas de agravante, entraban en la ecuación trasnochadora, pese a no declararlo a nadie a la mañana siguiente ("sarna con gusto...").
     Al igual, queda archivada en el recuerdo cada transacción de caracteres de no más de una hora de tope. Lo mismo con el par de fugaces y tacañas lecturas de repaso. Lo que se perdió de corrección escrita, se le robó a la naturalidad despistada, con el dedo índice marcando a ciegas sobre la desnudez expuesta de cada "publicar texto".
     Por lo tanto, el veredicto es un reparto de culpas entre letras, trastadas,y autor. Haciendo a su vez complice de tal trasteo a "El Letrastero", por albergar en su interior desordenado las veinte y pocas "letrastadas" perpetradas. Eso sí, dicho cuarto permanecerá abierto y con la luz encendida para todo parpadeo suspendido que lo visite.
    El silencio voluntario es muy frío, pero más helador resulta el coma inducido del punto y final...  mejor no ensañarse en la condena por encubrimiento. Puesto que gracias a las retinas que pasearon con sus lecturas por esas cuatro paredes, se incentivó a la imaginación para que llenase de trastos, y a modo de textos, dicho cuchitril.

                  Juan (Barcelona, Otoño del 2.010)
* N.d.A. (Nota del autor): Sobró un contador de visitas... las que fueron y serán, no se cuantifican en cantidades, sino en innumerables agradecimientos hacia tal gesto. Y sobre esto, soy consciente que pierdo la cuenta al dar las gracias (contar hasta el infinito es mejor, GRACIAS mayúsculas).

domingo, 3 de octubre de 2010

" LA CANCIÓN"

Hizo un parón y se percató de aquel sobre abandonado en la enorme piedra desde la cual observaba la calma del mar. Lo guardó en su mochila. Al cabo de un rato, optó por sentarse en su descuidado banco de madera preferido. Abrió lo encontrado,  y de su interior extrajo una partitura.
Se trataba de una canción, pero no una cualquiera. Era inédita para todo el mundo... compleja y sencilla; alegre y triste; rabiosa y tierna.
Consideró el hecho de que tanto las causas como las cosas perdidas pertenecen a los que se topan con ellas, ya sea de forma buscada o fortuita. Pensó que lo más justo tenía que ser elegir los elementos de la banda que iban a darle cuerpo, y en el estilo particular de éstos, hacerla tambien suya.

Las primeras señales iban a ser llevadas a cabo por la empatía crónica y la locuacidad desbocada, pues están permanentemente abonadas a lo que llegue. Sin leer apenas el remite anónimo de los fragmentados ritmos de la pieza... así la desmenucen, la mastiquen, y les acaricie las paredes del estómago hasta saciarlas en su digestión.
Consciente era de que tenían hambre de pentagrama musical... le habían rumoreado que venían de las cenizas disueltas en agua cristalina, y que tocaban en un conjunto de moribundas baladas, de esas que se inmolan con amores agónicos.
Con tal bagaje no se pone jamás en duda que van sobradas para llevar en volandas a todo impulso vital, o subido a los hombros, según se tercie; con el añadido de repartir generosamente su química hipnótica. A todo esto se le unía su amortiguante y mullida membrana estructural; encofrado ardiente de inflamable conversación, con la consabida llama interlabial siempre adherida de introspección, tutelada por un apéndice solapado de bondad.
Una vez cubiertas esas dos vacantes, se le ocurrió que el punto exacto de instrumentalización era cosa de el sentido común. Consciente de que ha mamado de las bocas de riego más técnicas y depuradas, no había otra opción mejor. Se despertaba postrado en el lecho de la naturalidad día sí... día tambien. Asimilando el no volver a tocar con su virtuosa improvisación; asumiendo a regañadientes su presente destete musical... (Al asomarle los molares se le tachó de no apto).
Tal vez le ha llegado la hora de probarse entre imperfectas e instintivas interpretaciones preñadas de crudeza interior. Sin renunciar a esos lastres de exquisitez clásica que le marcan ciertas reminiscencias de anteayer.
Las tareas vocales iban a correr a cargo de la verdad y la mentira. Espoleadas por sus diferenciados registros. Conocedoras de que del sanatorio de la sinceridad, al tanatorio de la falsedad, sólo un par de letras marcan la distancia... y por supuesto que tampoco se miran de reojo entre ellas, aunque rocen sus costados al formar alfabéticamente ante el tan exigente orden gramatical.
La voz aguda se funde con la grave. De la energía en otra escala, a el pasaje recitado que llega a enmudecer en cualquier punto y aparte. Subrayan a duo su particular entonación, y se escudan con los sentimientos protegidos entre paréntesis. Protegidas en un tono menor que apenas se sostiene en la escala. Y así rasean incansables sus cuerdas vocales por el desigual contorno de este relieve de estrofas musicadas.

Arriesgadamente y jugándoselo todo a una carta, se grabó a bocajarro  y del tirón, en una sola toma.
Con los cinco interactuando a la vez sobre la vorágine de aquella partitura... ahora tendida a lo largo y ancho de la superficie imaginativa.
Que cada persona incruste si quiere sus melodias entre los surcos cicatrizados y circulares de su vinilo favorito.

martes, 21 de septiembre de 2010

" SOBRE NATURA "

La cortina de luz anaranjada envuelve y cubre celosamente las recortadas sombras. Un halo de belleza sostiene el ramaje balanceante sobre los bordes. Los terrenos por los que me adentro ofrecen y ocultan a la vez el encanto místico en el que gobiernan las siluetas de las cumbres.
Me siento un animal amaestrado entre tanta bichería libre, y por suerte me hacen sentir que sigo ofreciendo resistencia a ser domesticado, aún gracias.
El concepto de protagonismo lo he delegado a mis pies; alternándose a cada paso los turnos de sus huellas con los parpadeos de la vista, capturando en su interior los destellos pigmentados de verdosos matices.
Robo la toma de corriente, y me transmite la energía necesaria para dar sucesivas zancadas... positivo con negativo, y de resultado un calambrazo, es el punto de resistencia al que hay que llegar.


El aliento de aire me embiste bravamente en las costillas. La camiseta acaba de recibir la rozadura de la caricia soplada que le seca la primera capa sudorosa. Incremento la intensidad del ritmo, y las gotas porosas vuelven a resbalar a paso de caracol nervioso por el torso. Me detengo a observar, y apoyado en la pared del puente analizo la riqueza salvaje, y otro tanto con lo auténtico que me rodea. Oigo los ecos de los castaños, y siento el tacto frío de la piedra musgosa sobredimensionada sobre la palma de la mano. Me concedo el privilegio de engullir cucharadas de oxígeno limpio, con su pureza refrescante esparcida por mis vias respiratorias y sus estaciones toráficas.

Puede que sea un extraño de llaves perdidas en tal paraje; un invasor de flora y fauna que carece de escritura que le haga acreedor de tal posesión... pero tambien podría ser por unas horas el "Hucklelberry Finn" en el que quisimos convertirnos despues de alguna sesión de tarde. Pero en este preciso instante,  dejo al barro hacer su función; que bañe y cubra pastosamente todo lo normal, incluyendo a ese brillante mundo de materialismo, tan falsamente pulcro y aparente, y sigo la ruta... ahora ya señalizada.
Entre prisas desorientadas y tropiezos vuelvo a aparecer por la senda cementada del mal llamado progreso, acompañado de su artificial denominación de origen... "Bienvenido al mundo real"  reza un letrero resplandeciente.  

martes, 1 de junio de 2010

" ESCRÍBETE DESPACIO, QUE TENGO PRISA "

    " Escríbete despacio, que tengo prisa " 

Por un hachazo a ojos cerrados, ahora le falta una porción de caracter... o tal vez por la anémica personalidad de ideas, que ya sea por tanto dar vueltas en un bucle sin variables reflexivas, que se le queda clavada en la primera condición sin dar paso libre a otra opción, con el objetivo de que el programa no sea de utilidad, excepto para las resoluciones que disfrutan perdiéndose en ese laberíntico rotar.
Marcadas con la maestría del vertice de la lengua. Sobre la parte acarbonada que deja mancha en cualquier lámina de cara limpia y pálida. Calcadas y en sintonia ensayada con las expresiones gestuales libres y naturales.
Parece tapiada de acero, pero la copia conversada de subrayadas líneas en conserva tiene la lata casi abierta, a tirón brusco de anilla. Y tras el lanzar un "crack", acaba siempre cediendo a dejar a la vista de todos los garabatos de tres al cuarto (que va uno); serpenteantes en su trazada y complicados en la salida.
Suma... y sigue acumulando un arsenal verborreico de pólvora mojada en el interior de una caldera.
Sin refuerzo a su lado, sólo el pasar camufladamente con el impulso ascendente del camaleón. Sin mirar abajo, agarra a mano abierta las florífiras ramas trepadoras que utiliza de trasbordo entre liana y liana. Asi hasta acabar pisando penumbras, de oscura sombra, y que bailan torpemente en las verbenas que organizan las algabarias enajenadas que llevan siempre tres pueblos pasados, y que por culpa del bloqueo del volante no pueden hacer un cambio de sentido.
Sí... son a veces pronunciadas con la caricia del desdén. Tambien reposan a media mañana en cestas de hojalata, y en los días señalados brillan con el sudor que filtra su epidermis de esforzada y salada tesitura.
En la época de apareamiento neuronal, las narraciones golfas van al galope desbocado, usando el cable pelado de alta tensión como espuela. Prueban las tropecientas frases que cruzan la mente, y la propina si se tercia... calzándose las herraduras imantadas para andar por los charcos en plena tormenta eléctrica. ¿Los zancos?... no entraban en las previsiones meteo-psicológicas.
Esperarán a que entregue a las letras en adopción. Le faltan mantas con las que envolverlas, pero por guardar la uniformidad...todas al papel. A continuación las dejará cuidadosamente en el último escalón, para  hacer sonar impertinentemente un par de veces el timbre de una casa cuna ortográfica de dura disciplina. Se asustarán al abrir el portón, se presiente el hecho...  al ver esa manada de significados rebeldes que toman cuerpo cuando se cogen de la mano; caminando de espaldas, y bordeando las frases hechas de inquietos movimientos creados por  finos y traviesos tendones. Se la tomarán a la tremenda en todo caso. Pero la jueza fraseológica ordenará el desalojo. Nudo a nudo, las desatarán de la garganta, y a la intemperie de un cajón tampoco estarían tan mal. Pero la pensión del estraperlo de historias está abierta todos los días del año, a todas horas. No hay cena a partir de las doce... pero en el sótano se saludan los estiletes de movimiento cortante, y una timba de metafórica baraja de texto, tiene marcados y entre paréntesis los textos arrebatados al pensamiento.

martes, 25 de mayo de 2010

" LA VIDA Y LA MUERTE SON SIAMESAS"

                           " LA VIDA Y  LA MUERTE SON SIAMESAS"

No tardó en rimar con  delatadoras idas y venidas sus ausentes trayectos. Lo mismo ha hecho siempre con sus quehaceres de labio encarnado y adhesivo. Su silencio se había matriculado en el eco de una facultad de oidos taponados. Repitiendo curso por gusto, y aunque ya no asiste de clandestina oyente a su trinchera estudiadamente situada en el aula magna de las almas transparentemente huecas, se recrea agujereando la codera de su manga derecha, rozándola con la cabeza plana del tornillo que sobresale del pupitre.

No presume por ello, pero tiene convalidadas todas las asignaturas de ciencias de la paciencia. Y es ese rato en el cual se toma un respiro por el exterior. Mata esas horas planchando con pasos escritos las hojas secas que han sido expulsadas de la rama; llevabán un exceso de desinterés en su suspendido cotidiano, y todo tiene su final.
Ahora recuerda que sus emociones blindadas están de baja por culpa de esa personal y metódica vulnerabilidad de sensible presa. Ser la diana fija no es lo mismo que la que se desliza de un extremo a otro, y eso ya es un handicap en su contra.

Es digna de mención esa sonrojada timidez, la que hace que se salte la sesión de maquillaje por la cara. Lo justifica con una clara belleza cristalina que brilla mejor sin polvos pringosos. Jamás ha necesitado de tales adornos, su introvertida y vergonzosa naturalidad hace las funciones de colorete, con un tono cambiante. Las dudas existenciales las ha cedido en propiedad a un tal "Carpe Diem". Navegante de rumbo desconocido y conducta reflotadamente canalla, que va conociendo a su destino en el rompeholas de las marejadas que trotan suicidas y de frente a la costa.

Puede que reniegue de esa placentera sensación que evoca la lujuria en su íntimo contexto. Que no sale nunca  de su lastrado asombro llevado a cuestas, tampoco es un secreto. Puede que los "hasta luegos" le mordisqueen el tiempo con delicadas pero certeras dentelladas en la yugular. Ahora mismo recuerdo la de veces que se ha sentido interesada en que alguien le aclare la duda con la que resolver la ecuación vital que trepa todas las noches por sus versos favoritos, que almacena celosamente encuardernados y a buen recaudo en el atríl clavado a más altura. Pero es que... soplarle a la oreja, el lugar y la hora en que la verdad y la mentira se citan espalda con espalda, no es ahora posible, y sería faltar al compromiso por parte de todos. Total... sólo se limitan a dar diez pasos en direcciones opuestas con los ojos vendados, para girar sobre si mismas y foguearse mutuamente, y así acabar con lo empezado.
Y ya sabemos que las dos tienen muy mal perder...

jueves, 18 de marzo de 2010

" EL ONCE IMPERFECTO "

                                        " El once imperfecto "

. Me acerco a la pizarra... y sobre ella empiezo a confeccionar el equipo con el que disputaré el partido de esta noche...

Colocaré bajo los palos a la "Serenidad". Va bien por alto, y se defiende con solvencia por bajo. No se arruga al choque, y en el uno contra uno aguanta con gran aplomo hasta el límite. Su manera de blocar no es muy ortodoxa, sí... pero antes de verse en una situación comprometida, despeja hacia los lados, nunca al centro; ya sabe que de esa forma no da opción a dejar la pelota muerta a merced del contrario.
El eje central de la defensa lo ocupará el tandem de zagueros que forman "Prudencia" y "Timidez". Se complementan bien, y se alternan las marcas sin problemas para despistar a la mordiente atacante. A veces se atreven a avanzar las líneas, y se turnan a la hora de subir a los corners, no dejan jamás la opción de un contrataque fácil y letal.
Por los laterales colocaré a la "Rebeldía". Es ambidiestra, y sube su banda mucho mejor que la cubre. De ahí que en alguna que otra ocasión, haya desempeñado labores de interior con una soltura sorprendente. De caracteristicas similares y por el carril contrario, estará la "Espontaneidad". Pese a su irregular rendimiento, y que por su baja forma sea relegada en fases de las noches al banquillo... suple agílmente estas carencias con un dominio y desquicie al rival, gracias a su pegajoso marcaje.
No haré cambios en el doble pivote. La "Ingenuidad" ya se ha acostumbrado al abucheo general por ese parecer estar en la luna a jornada completa. Todo y que no parta nunca como titular al comienzo de cada campaña, se hace con el puesto gracias a su genuína forma de tomarle el pulso al juego y saber leer el partido. Para esta noche le diré al utillero de la oscuridad que le ponga unas tobilleras más gruesas, de esas que no se agujereen cuando le cosan a patadas. Un poco más adelantada, la "Picardía" hará de las suyas parando el ritmo con sus faltas técnicas. Provocará amonestaciones, y si hay suerte alguna expulsión con sus teatrales gestos de dolor al primer contacto que sienta. Su baza escondida es ese saber mediar en las tanganas, siempre con una sonrisa de granuja complicidad. Si la cosa se pone fea, se pasa un rato atándose las botas de temperamento con los ligamentos cruzados de sus cables, jamás pide el cambio.
La batuta del conjunto la manejará con la maestría de esos pases cortos y a larga distancia la "Generosidad". Buscando los desmarques, y asistiendo al hueco o al pie ocasiones manifiestas en los ataques estáticos. Es el alma del conjunto, de ahí que la capitanía le venga grande. Aún le da vergüenza el hecho de que sus manos sean las primeras en alzar las copas del triunfo.
La "Euforia" se moverá por un costado del eje atacante. Con sus recortes alegres y desenfadados añadirá un punto de mordiente en el área. Sus cambios de ritmo, unidos a su semioportunismo son sus mejores cualidades. Una pena que de tanto tirarse con jocosas carcajadas a la piscina, los colegiados no le señalen los libres directos, por muy reales que sean.
De falso extremo pondré a la "Utopía". Siempre intentando la jugada imposible... irse de uno, dos, y de todo lo que le vaya saliendo al paso con el esférico en su poder. Su obcecada versión artística de estilo se sale del manual, y le lleva a caer en el fuera de juego muchas veces, más de las que serían normales a lo largo de un encuentro.
En la punta del ataque se situará la "tozudez". Tiene en su haber el record de tantos. Partiéndose la cara en cada disputa colgada de su cabezonería rematadora.
Su exquisita técnica le permite encarar la meta zafándose de la defensa contraria. Siempre está esperando el rechace, y si no ha sido posible superar el arco a la primera, lo intentará una y otra vez en boca de gol.

¿La táctica?... moverse en la oscuridad del rectángulo con toque nocturno.

jueves, 11 de marzo de 2010

" ME MANDO UN RATO A PASEO "

           " Me mando un rato a paseo"

Un sol de juicio gratuito y dedos raquíticos rozaba las construcciones adosadas, tiñendo de luz esas paredes de obra vista casi centenaria. Yo, tozudo, seguía abriendo y cerrando el baúl de las cotidianas cavilaciones, sin temor a que mi mente en blanco me tapase los ojos con su mandíbula superior.
Mi perpetuo polizón huesudo se movía con su frágiles fracturas soldadas. Se sentía en armonía  con la capa de músculos, venas, y piel; sellando adoquines en relieve floral con las pinceladas de los pasos. Era conscientemente inconsciente de la hora y el sitio en el cual tenía que estar puntual, de cuerpo presente y voz silenciada, como era de preveer. No me encontraba el  gesto vago de ese final ni en los bolsillos, ni el tiro fijo con retroceso que me rebobinaba al prólogo envenenado. Quizá era una simple carantoña de un pensamiento de refilón, con ese deja vu de helador consuelo.
Enfilaba el aire de frente con el triciclo de la incerteza; saldando las cuestas pendientes, allí dónde las imágenes esperan a los recados que les encarga el recuerdo.
Las aceras se tensionaban, dejándome la visibilidad horizontal reducida, sin tope alguno de claridad. Un suma y sigue sudoroso que se iba a convertir en mi torpe resta y para; agarrándome con suavidad en la baranda de los pausantes intermedios... logré oxigenar el alma.
Pude ver a la suerte con su cámara enfocando a la nada. Desde que nos había revelado que la gente ponía verde a los semáforos, evitaba el cruce enfebrecido de miradas, lo hacía para no sonrojar al ambar neutro y sin criterio.
Lo adecuado era esconderse a buen recaudo. Una nube de sombrero amenazaba. Sabía que tras esas náuseas oscuras se escondían los vómitos de lluvia fría e invernal. A las disenciones de cuello alto y garganta pudorosa no les gustaba aproximarse a los aspersores locuaces de lengua activa, a no ser que necesitasen algo de verborrea suelta para la máquina de la prudencia.
Ahora que los párpados me echan el cierre, no sin antes regalarme  un "streap-tease" ocular, sugestionando al sueño con las retinas desahuciadas de lloreras y poso risueño... vuelvo, que había quedado.

jueves, 18 de febrero de 2010

" Tocata (tac-tac-tac-) & fuga "

                                                " TOCATA (tac-tac-tac) & FUGA "
Impertinente e inoportuno me resultaba ese sonar del teléfono. El tono uniforme y repelente, con sus espaciados silencios breves. Siempre tan previsibles, y careciendo de improvisación alguna.
Intenté evadirme hasta ignorar el dichoso timbre, pero la paciencia se agotaba. Daba la casualidad que se encontraba ya en el pique personal que tenía con su gemela; su antítesis. La que se añadió el "im" en su apellido al primer lloriqueo,  para dejar bien claro que sus virtudes y defectos no iban en concordancia con los parentescos de significado.
El momento en el cual la enésima llamada ya adelantaba sin previo aviso al agotamiento. Pisando la raya continua, para llegar apurando a la curva previa del abrir de párpados en primera posición.
Mis sensaciones se abrían paso como podían entre los zarandeos legañosos y las zancadillas bostezantes. Una voz identificada en mi registro cerebral horas atrás, me relataba lo que le sucedía a esa temprana, matutina, y poco común hora dominical.
Se había despertado sobresaltada. En ese instante en el que los gallos aún andan haciendo gargaras con el rocío y pulsos con Morfeo; preparando un nuevo tachón de viva voz en el calendario pintado de luna rojiza y claridad progresiva. Me contó que de repente había sentido el abrazo del desvelo. Que notó un escozor mezcla de cosquilleo y dolor en el pecho. Y que al encender la luz pudo evidenciar que la fisura tantas veces parcheada se encontraba abierta, siendo utilizada como válvula de escape. Ante su ausencia, temía no dar con su paradero y perderlo para siempre, quedándole como único recurso la compra mediante puja de otro rectificado y desconocido.
Le dije que se tranquilizase. Que el mio perpetraba huídas nocturnas casi semanalmente, y que no sería extraño que hubiesen planeado una fuga a duo. Intenté explicarle que los que salen inquietos no son fáciles de dominar, y mucho menos cambiar, aunque disimulen a veces llevando una ejemplar conducta... todo apariencias, nada de lo que renegar. Que están a la que salta, huyendo del latir sedentario, y negándose a pasar el resto de sus días con los compases en pantuflas delante del espejo borroso de un fingido cariño con elevados índices de colesterol sentimental. Que al final, ya fuese de una forma u otra, volvería cual "Pulgarcito" taquicárdico que sigue el rastro sanguineo, para asentarse en su lugar; abriéndose paso entre sus artesanales costillas.
La noté aliviada. Hice que descartase la opción de ingresarlo en un correccional a su vuelta. No serviría de nada, pues los que tienen un ritmo imposible de marcar, son de difícil inserción en la sociedad palpitante de vida ejemplar. 
Aproveché antes de colgar, y con la poca claridad que me ofrecía el sueño partido, para proponerle llevarlos en breve a los dos de expedición reanimadora con las mochilas llenas de miradas desfibrilantes. Estableciendo el campo base a dos guiños de la cima adrenalínica, y siguiendo la ruta marcada por los trazos irregulares de un cardiograma de lectura cifrada sólo para nosotros.

martes, 2 de febrero de 2010

" ¿TE PROMETÍ SECARME?... TE MENTÍ "

          " ¿TE PROMETÍ SECARME?... TE MENTÍ "

Soplé... y volví a coger aire para seguir soltándolo al segundo. Inflé de frases un ramillete de globos al sol. Inhalé el gas tóxico de tu aliento hasta ver que tenían el tono mate adecuado. Les solté amarras abriendo tu mano, mientras se quedaban pálidos como tus labios de rimel ácidamente avinagrado de ver las nubes tan de cerca.

Secuestré... y maniaté a la aguda expresión con mis hilillos de voz. Tratándola con la delicadeza que habíamos acordado en el último instante. Un todo y nada se nos hacía demasiado tentador. Intentamos que los sueños cuerdos, los abrazos sensatos, y las centradas emociones, cediesen al chantaje servido en nuestra bandeja de hojalata oxidada. Les dejamos dos opciones... la tierna y la salvaje. La primera se basaba tan sólo en retroceder a la pata coja sin mirar con el rabillo del ojo el vacío. La otra era más sencilla y factible... consistía en dejarse caer con los ojos abiertos,  por el desnivel del saliente que dibuja el arrebato en los precipicios del miedo.

Acordé... y repetí  hasta la extenaución, que no obedecería otra vez ese hábito de asentir mecánicamente y con cadencia funcionaria las consignas. Las negaciones de expresión decidida, iban a ser las directrices a seguir. Si el deseo transcurría con pasos distraidos su recorrido sofocante por el infierno, la palabra sería cedida a la hada afortunada del acierto. Negándole a mi ángel de la guarda cualquier acercamiento al cortejo de mi lisiada inspiración. Sabía que de no obedecer, ella me pondría de cara a la pared con las orejas de burro que tengo empeñadas en la casa de las meteduras de pata, y recitando una y otra vez todo el poemario de torpezas, esas desatinadas que se buscan entre los desafortunados espacios de los errores reiterativos.

Serené... y tranquilicé el carraspeo de la voz rota con una espesa capa de miel. Las frases sinceras corrían torpes con las muletas recien estrenadas. Los recursos inutiles se ponían hasta las cejas de sal y pimienta con el beneplácito facultativo y negligente de la picardia no titulada.

Incendié... y me deleité viendo como se calcinaban todas la imágenes memorizadas a cámara  lenta; disfrutando los escasos minutos en la filmoteca medio vacía de cortos de culto. Mientras, en la otra sala, proyectaban largometrajes sentimentales de guión previsible con un desenlace de caras largas y mentiras.

Disfruté... tanto como tú, cuando quemamos a lo bonzo los tempanos de hielo con las palabras ardientes. Una vez deshechos; mezclamos lo derretido con las cenizas, y pintamos lienzos en relieve hasta que nos quedamos sin pinceles. Los dejamos secar. Al amanecer estarían listos para ser subastados a precio simbólico en las ocurrentes ideas que nos vendrían grandes. Pues, por mucho que nos dijese el sastre chisposo que vestía a las musas, que con un lavado en agua caliente menguaban... ni tu fino vestido merecía quedar descolorido en un blanco glaciar, ni tampoco yo quería entallarme en el corte de la timidez textil del papel.